martes, 29 de julio de 2014

Confianza y Compromiso

 

Si pensamos en el momento actual en cuáles serían los atributos imprescindibles para salir de esta  ya demasiado larga situación de crisis, probablemente me fijaría de manera más rotunda en  dos: el Compromiso y la Confianza.
 
Y ambas acompañadas de un liderazgo fuerte, honesto y sin fisuras.
Pero lamentablemente si miramos a nuestro alrededor lo que observamos es casi lo contrario. Me permito  cuestionar el compromiso entendido en sentido amplio. ¿Están los trabajadores comprometidos con sus Empresas? ¿ O tal vez la mayoría sólo está aguantando en sus puestos de trabajo?
En nombre de la tan cacareada crisis muchos empresarios están cometiendo abusos. Algunos gestores están volviendo a formas de actuar más propias de épocas pasadas que del siglo XXI.
Algunos trabajadores llegan a pensar que ,  por mantener  el “privilegio” de un puesto de trabajo deben aceptar casi todo.
 
Y esa situación crea servilismo, sumisión, incluso aceptación a regañadientes. Pero difícilmente se fomenta el compromiso de esta forma.
Respecto a la confianza me parece que hay un quiebre brutal. ¿Podemos tener confianza en el futuro? En las perspectivas profesionales?  En nuestros representantes  políticos?  En las instituciones en general?
 
El día a día de los noticiarios nos confirma tozudamente que no. Que la ciudadanía se siente defraudada  por una clase política altamente decepcionante; por los escándalos de  corrupción más propios de una república bananera que de una democracia como la  nuestra;  hasta hace muy poco tiempo considerada como modelo. Se siente defraudada por una Justicia lenta, sin recursos y que tal vez no sea igual para todos; por unos bancos inhumanos que sólo ven números y resultados olvidando que detrás de cada cifra hay personas.
Sí. Hay  una pérdida de confianza grande. Yo diría que enorme.
 
Y así la falta de liderazgo que observamos resulta si cabe más decepcionante.
Este es el momento de los grandes líderes, ni siquiera visionarios, pero dotados de visión de negocio, orientación a resultados, capacidad estratégica, proactividad  ante el cambio, y unas enormes habilidades sociales y de  impulsor de equipos. Porque ahora, más que nunca, es preciso empujar, animar, orientar y sacar a flote lo  mejor de cada profesional.
 
Detrás de la crisis  hay personas, aunque a veces sólo seamos capaces de ver números.

Juan F. Bueno


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