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domingo, 25 de febrero de 2018

Una recopilación de los 10 artículos más leídos y de los 5 vídeos más vistos en el Blog de Recursos Humanos



Ver los artículos aquí: https://www.slideshare.net/RHGYF/los-10-post-mas-leidos

Publicado por Juan Bueno.
Managing Partner de R&H Talento y Personas


https://acumbamail.com/signup/53558/ce1a82e2-847a-11e3-985f-02163e4563a2/

Publicado el domingo, 25 de febrero de 2018 a las 9:18 por Juan Bueno

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viernes, 17 de julio de 2015

Hemos tenido invitados en nuestra casa de Asturias, mejor dicho, no son invitados, son parte de nuestra familia. Estos días de vacaciones los hemos aprovechado para dar largos paseos por el campo, bañarnos y dejarnos arrastrar por las olas con la tabla y para disfrutar de más de una fabada. Lo curioso de estos días y que me ha animado a escribir es que hasta hace poco solo venía con dos hijos, universitarios, pero desde hace pocos meses hay una hija más, una pequeña niña nepalí.

Tras el terremoto de abril, acogieron a los pocos días a Sujatha, cuyos padres habían fallecido y su abuelo paterno la ha cedido de forma temporal, hasta que pueda regresar a su país con él.

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Para Sujatha, (creo que no he escrito bien el nombre y a la que llaman Susa), su primer destino fue Canadá donde vivían sus nuevos hermanos y su nueva madre, hasta que en junio regresaron a España como tenían previsto.

La pequeña hablaba nepalí al llegar a su nueva casa. Las palabras nepalíes provienen en su mayor parte del sánscrito, aunque tiene algunas palabras prestadas del árabe y del persa que llegaron a través del hindi y del urdu, por ejemplo, así se escribe "niña" en nepalí बच्चा. Sin embargo allí se hablaba casi todo en inglés y en algunos momentos en español. Y no se le complicó poco a Susa la vida cuando dos meses después aterriza en Madrid donde todo el mundo habla castellano y en sus primeras vacaciones, en la panadería, le dieron dos chucherías en bable. "Ah wajeeee, esti cosu como ye?…. Pánde vas, ho"

¿Cómo te puedes entender tan bien con ella? Le pregunté a su madre, ¿cómo sois capaces de tener esas conversaciones tan largas si tan solo lleva algo más tres meses contigo?, pero si hay un batiburrillo de palabras que es casi imposible saber de que se habla.

Es fácil, me dijo, hemos adoptado una forma de comunicarnos a través de dibujos simples hasta que pueda ir cogiendo el vocabulario y las formas lingüisticas necesarias. Todos en casa sabemos dibujar monigotes, así que cuando las palabras no nos funcionan, lo dibujamos, ella también, no hay apenas errores de comprensión.

figuras basicas
Estaban sin darse cuenta utilizando de forma natural una metodología de comunicación muy eficaz: VISULAL THINKING (pensamiento visual).

El pensamiento visual, es una forma de procesar información mediante el uso de dibujos. Con las imágenes se pueden identificar conceptos, definir problemas, buscar soluciones, encontrar relaciones entre conceptos... todo ello de una forma más sencilla que si usáramos el lenguaje oral.

El pensamiento visual funciona porque al ver una idea a través de los ojos, y no sólo de nuestra mente, estamos ampliando la capacidad para evidenciar lo que sólo a la mente le cuesta a veces evidenciar.

Muchas investigaciones han demostrado que algo más del 60% de las personas usamos la vía visual como medio preferente de aprendizaje. El sentido de la vista es uno de los más potentes en la percepción del mundo, siendo el responsable de hasta un 75% en la adquisición de la información dejando solo el 25% restante a otros sentidos.
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La vista es un sentido muy relevante y el lenguaje de las imágenes tiene un poder enorme para transmitir y comprender información, más que las palabras. Así la neurociencia explica que el pensamiento visual funciona porque el 80% de nuestro cerebro está diseñado para asimilar y procesar imágenes, y es capaz de mejorar la retención de cualquier información cuando estas están presentes. La Teoría de las Inteligencias Múltiples de Howard Gardner habla de una inteligencia espacial que estaría directamente relacionada con la capacidad de las personas para presentar ideas visualmente, crear imágenes mentales, percibir detalles visuales, dibujar y confeccionar bocetos.

La publicidad conoce bien todos estos conceptos y los usa para que sus clientes se vinculen a las marcas. Muchas empresas han incorporado en sus reuniones, en sus proyectos esta metodología como fórmula para mejorar no solo la comprensión, sino en la búsqueda de otras posibilidades que el lenguaje no permite comprender. En el mundo de la enseñanza empieza a existir una tendencia donde el uso de mayor número de imágenes y de menos palabras dan respuestas eficaces a las dificultades de aprendizaje relacionadas con los trastornos del lenguaje, como la dislexia, la disortografía, o el aprendizaje de idiomas.

¿Es complicado dibujar una idea o un concepto?
No, no lo es. Todos de pequeños hemos dibujado sin miedo, y solo cuando hemos incorporado el lenguaje lo hemos ido abandonando, pero todos podemos hacer monigotes, líneas, cuadrados, soles, estrellas, círculos, triángulos…. No se trata de dibujar la realidad de forma compleja como lo haría un artista, se trata de imágenes sencillas, simples y universales que se entienden en cualquier lugar del planeta. Un ocho con pies es una persona… También un circulo con una estrella... así de sencillo.



Estos son algunos ejemplos más.



¿Cómo convertir las ideas en imágenes?
Según Dan Roam, experto en visual thinking y autor del libro “Tu mundo en una servilleta” el proceso del Pensamiento Visual tiene estos sencillos pasos:

1. Mirar. Absorbemos la información visual, recopilamos y seleccionamos lo que nos encontramos frente a nosotros.
2. Ver. Seleccionamos lo que consideramos interesante y agrupamos esa información a través de las relaciones entre los elementos y pautas.
3. Imaginar. Interpretamos y manipulamos los elementos para descubrir nuevas pautas.
4. Mostrar. Cuando se encuentre una pauta y se comprenda, debe mostrarse a otras personas para obtener feedback.
Aunque el proceso no siempre es tan lineal, siempre es simple y reconocible.
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Susa, a la que sus hermanos y mis hijos han mimado en exceso estos días, además de ser muy lista y preciosa, y de encantarle las avellanas para sorpresa de su madre, dibuja a una velocidad supersónica cuando quiere que ella le lleve de nuevo en coche a recoger moras y arándanos y comer un helado de frutas del bosque con los chicos en el Malaín.

Hoy dejo encima de la mesa esa petición de Susa...

Publicado por Mila Guerrero.
Manager I+D+i de R&H Talento y Personas

Visitar el Blog de Mila, aquí


Publicado el viernes, 17 de julio de 2015 a las 18:31 por Juan Bueno

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martes, 24 de febrero de 2015

Comunicar de manera eficaz o morir en el intento puede parecer una exageración, pero no lo es. Pocas cualidades se han visto inalteradas con el paso del tiempo o incluso han ganado peso y en la actualidad pueden marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso. Ser un profesional reconocido o simplemente mediocre.
Desde la época de los clásicos la retórica (el arte de hablar con elocuencia) se convirtió en un instrumento decisivo para encumbrar a personas que hacían del discurso casi su signo de distinción (hoy sería algo así como el branding). La evolución de los tiempos ha modificado los modos y maneras de expresarnos, pero sigue siendo una exigencia indiscutible el dominio de unas buenas habilidades comunicativas, no ya para garantizar el éxito, sino simplemente en ocasiones para no estar fuera de un mundo laboral cada vez más competitivo,  exigente y multidisciplinar.
Comunicar con persuasión significa ser capaz de cumplir el objetivo que hay detrás de cada mensaje, presentación o discurso: conmover, convencer, informar, lograr adhesiones. Pero ¿cómo abordar esas competencias que parecen esenciales? En primer lugar dejando de lado nuestras creencias limitantes (a hablar en público se aprende hablando en público; este camino no tiene atajos) y por otro haciendo un trabajo previo de reflexión y orden de ideas, objetivo, mensaje y tipo de audiencia.
Hablar bien en público, requiere previamente pensar bien en privado”. Y para ello hay que acabar con el temor al folio en blanco. Cualquier presentación o discurso debería empezar por responder a unas sencillas preguntas: ¿para qué?, ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿quién?

La llave maestra de una comunicación persuasiva eficaz radica en establecer una buena estructura del mensaje, lineal, sencilla de seguir y sobre todo que deja huella en nuestro recuerdo. Sólo de esa forma la audiencia se movilizará a la acción y habremos conseguido nuestro objetivo. Ese discurso debe tener un inicio, desarrollo y conclusión. Como si de una historia se tratase.
Todos los días asistimos a muchas presentaciones mediocres, que fracasan y caen en el más absoluto de los olvidos porque el ponente está más preocupado por sí mismo que por su audiencia. Si el ponente sólo se centra en sus nervios, su preparación y todo lo que rodea a su persona dejará relegado al público. Esa desatención hacia los receptores del mensaje se nota en no cuidar aspectos como hacer un inicio impactante (un video, una cita, un reto, una pregunta retórica), un desarrollo interesante, involucrando a la audiencia y un final memorable (recuerda, se trata de permanecer en el recuerdo). Algunas sillas se pueblan de bostezos y de personas que miran sin disimulo su móvil o su Tablet. Estos son síntomas inequívocos del estado de aburrimiento de la audiencia.


Empatizar con la audiencia exige dos requisitos: investigar cuáles son sus intereses sobre tu charla y comprender y superar las limitaciones que como público o asistentes a una conferencia o curso podemos tener. Piensa cómo te sientes cuando eres oyente y estás sentado al otro lado. 
Esas limitaciones vienen dadas por un lado por el tiempo de que dispones: el tiempo siempre es un recurso limitado y el volumen de información o conocimiento que manejas es muy superior al que podrías “encorsetar” en esa presentación de 30 minutos o una hora. Y por otro está la capacidad cognitiva de la audiencia: por muy inteligente e interesada que esté no podrá absorber grandes teorías ni datos en tan breve espacio de tiempo. El público se ve condicionado por las limitaciones propias de la memoria y su capacidad de procesamiento. De modo que el ponente tiene que hacer el esfuerzo de estructurar y presentar de forma atractiva, impactante y sencilla el mensaje. Algunos autores dicen al respecto: “cuanto más metes en tu presentación, menos saca la audiencia”.
Este es un tema con el que podemos ilustrar decenas de post porque son muchos los aspectos que hay que tratar para lograr persuadir a través de la comunicación, pero sólo citaré un elemento más que dejo como punto de reflexión: las decisiones que tomamos son las propias de seres emocionales, mitad razón y mitad emoción. Por eso las presentaciones que sólo muestran números y gráficos movilizan poco la parte emocional. Los datos dan confianza y seguridad, pero no tienen valor en sí mismos sino se asocian a las historias que representan y sobre todo, tener en cuenta que deben cubrir las necesidades de al audiencia.
Para convencer a tu auditorio necesitas algo más que la lógica, datos y hechos; necesitas la emoción, para desde ahí movilizar a la decisión.
                     
Recuerda, comunicar o morir, y no es una exageración.
Por último, no olvidar un recurso de valor incalculable como es la utilización  de los Mapas Mentales cómo elemento de ayuda y soporte para: No olvidar nada de nuestro discurso y estar pendientes de la audiencia y no de nuestras notas.

May Ferreira



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Publicado el martes, 24 de febrero de 2015 a las 19:30 por Juan Bueno

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